En un giro digno de una telenovela política, pero sin el carisma de los protagonistas ni el presupuesto para una buena banda sonora, la Cruzada por la Educación, orquestada por el afamado Cruz Pérez Cuéllar y su equipo, se ha visto envuelta en una trama de sobreprecios y obras de dudosa calidad.
Como si el guion fuera escrito por un dramaturgo aficionado a las tragedias griegas pero con un toque moderno de telenovela mexicana, esta historia involucra 189 millones de pesos del erario público, destinados a la rehabilitación de 188 escuelas entre 2022 y 2023, y otros 100 millones ya en la fila para 2024.
Lo curioso del caso, y que le da ese sabor único de ironía, es cómo los directores de las escuelas, actores secundarios en este drama, fueron presuntamente coaccionados a devolver parte de los fondos a los contratistas.
Esto, por supuesto, bajo la dirección estelar del gobierno municipal, que aparentemente confundió la contratación de servicios con un acto de magia donde los precios se inflan como globos en una feria.
Cabe destacar las audaces actuaciones de ciertos contratistas, cuyas interpretaciones de “rehabilitación escolar” incluyeron el cobro exorbitante por una capa de pintura y unos cuantos ladrillos, añadiendo un toque cómico, si no fuera tan trágicamente real, a la obra. Para aquellos interesados en seguir esta saga, que combina elementos de suspense, comedia negra y un manual de “cómo no gestionar fondos públicos”, pueden encontrar más información en el detallado reportaje de Norte Digital.
Este episodio de la vida real nos recuerda que, a veces, la realidad supera la ficción, y lamentablemente, no siempre para mejor
